Por Estefanía Garcés
La espinaca, un superalimento cargado de nutrientes, puede convertirse rápidamente en un desperdicio si no se almacena correctamente. A continuación te dejamos los mejores trucos para mantenerla fresca.
Las espinacas son hojas delicadas que se deterioran rápidamente debido a factores como la humedad, la temperatura y la exposición al aire. La pérdida de agua, el crecimiento de bacterias y los daños mecánicos son las principales causas de su deterioro.
Antes de pensar en cómo guardarlas, es importante seleccionar espinacas de calidad. Busca hojas de un color verde intenso, brillantes y sin manchas. Evita las hojas amarillentas, marchitas o con agujeros.
Como consejos adicionales, para que la espinaca dure más tiempo se la debe lavar antes de usarlas para evitar que se humedezcan y se deterioren más rápido. También se debe evitar aplastar las hojas, ya que esto puede acelerar su deterioro. Además no las expongas al calor, ya que acelera el proceso de descomposición.
Por último utiliza papel de cocina para mantener las hojas secas.
Con estos sencillos consejos, podrás disfrutar de espinacas frescas y crujientes durante más tiempo. Recuerda que la clave está en elegir productos de calidad, lavarlos adecuadamente y almacenarlos en un lugar fresco y seco.
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