Por Melisa Santander
Hablar de Pedro Infante es hablar de uno de los grandes representantes tanto de la música como del cine mexicanos, pues su atractivo físico y su gran talento actoral y musical le dieron el amor del público que no lo olvida aunque han pasado más de 50 años desde que dejó este mundo.
Pero también es hablar de sus amores, era uno de los grandes galanes de la época de oro del cine mexicano; y cualquiera creería que así como sus personajes eran valientes, trabajadores y buenos para el tequila, también lo era él en la vida real, nada más alejado de la verdad.
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Y es que Pedro Infante era abstemio, es decir no bebía ni una gota de alcohol; además era fan del gimnasio de la misma manera que Fernando Colunga, quien no bebe alcohol y al igual que el Charro de Huamuchil, también es amante del gimansio y la visa sana.
Y es que ambos actores son famosos por ser muy bromistas, Pedro solía hacerle bromas a su buen amigo Mantequilla, con quien compartió varios películas, mientras que a Colunga lo llaman “Colungatior” por su sentido del humor y las pesadas bromas que les hacia a sus compañeros, con quienes formó una fuerte amistad, en las diferentes telenovelas.
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