Por Melisa Santander
Recordar a Edith González es recordar decenas de telenovelas llenas de alegría, dulzura y personajes inolvidables, como Santa Mónica, en Corazón Salvaje; Esperanza en Nunca te olvidaré; Salóme o Marisa Santibañez en Mujer de madera, pero si algo tiene Edith González es que hasta ahora evoca gran cariño de todos los que la conocieron.
Y es que se dice que la actriz tenía “ángel” pues todos sus compañeros caían rendidos ante los encantos de la guapisima Edith; aunque no todos quedaban enamorados de su belleza y simpatía; era esa alegría que caracterizaba a la actriz de Doña Bárbara, la que conquistaba a todos quienes la conocían y trabajaban con ella.
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Se dice que Fernando Colunga se convirtió en uno de los amigos más cercanos de la actriz, debido a que ella era muy cariñosa y alegre en las grabaciones; algo que a Colunga le ha gustado en todas sus compañeras; además que con ella habría compartido su costumbre de hacer bromas y juegos; por lo que se convirtió en su gran dupla.
De la misma manera pasó con Eduardo Palomo, quien al reencontrarse con Edith aseguró que ha sido una de las mejores amigas que ha tenido durante sus grabaciones, y es que la actriz habría sido muy ocurrente mientras participaban en Corazón Salvaje. Por lo que se habría convertido en la confidente de Palomo y habrían formado un lazo muy fuerte de amistad.
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