Por Camila Perez
Desde tiempos inmemorables el mundo del cine y el espectáculo mexicano ha lanzado al estrellato a sendos artistas que lo entregan todo en las pantallas. De la talla de Verónica Castro, Victoria Ruffo, Érika Buenfil o Lucía Mendez, hubo un histrión que sumó todo el éxito, pero murió en la ruina y salpicado por el escándalo.
Su nombre es Rogelio Guerra, mejor conocido por comenzar su carrera con películas ambientadas en el medio oeste. Después de abrirse camino en el cine fue migrando hacia la televisión con dramáticos como “Mañana es para siempre”, “Los Ricos también lloran”, “Golpe Bajo”, “Mañana es para siempre” o “Los exitosos Pérez” donde compartió junto a Verónica Castro, Lucía Méndez y Fernando Colunga.
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A pesar de sus más de 70 películas realizadas, 30 telenovelas y obras de teatro, el primer actor no escapó de la polémica. En el año 2002 inició una demanda de TV Azteca por incumplimiento de contrato que le jugó en contra pues lo contrademandaron y le pidieron una indemnización que ascendía a los 26 millones de pesos.
En aquel entonces su abogado, Raúl Carmona dijo a los medios que se le embargaron todos los bienes y cuentas hasta completar la totalidad del cobro. Enfermo y sin patrimonio, fue trasladado a La Casa del Actor ya que su familia no contaba con los medios económicos debido a los problemas legales con TV Azteca. Finalmente murió de una trombosis cerebral.
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