Por Estefanía Garcés
El Slow Running, o correr lento, es una filosofía de entrenamiento que se centra en aumentar el volumen de los entrenamientos a un ritmo más bajo y constante. A diferencia del entrenamiento de intervalos de alta intensidad, el Slow Running prioriza la duración sobre la velocidad.
Al correr a un ritmo más lento, tu cuerpo se adapta a utilizar el oxígeno de manera más eficiente, lo que te permite correr durante períodos más largos sin fatigarte.
El entrenamiento a baja intensidad reduce el impacto en las articulaciones y los músculos, disminuyendo así el riesgo de lesiones por sobreentrenamiento.
El Slow Running fortalece el corazón y mejora la circulación sanguínea.
Correr a un ritmo bajo y constante durante períodos prolongados favorece la quema de grasas como fuente de energía.
El running es una excelente forma de reducir el estrés y mejorar el bienestar mental.
El Slow Running es ideal para aquellos que se están iniciando en el running, ya que les permite construir una base sólida sin sobrecargar el cuerpo. Los corredores de maratón y ultramaratón utilizan el Slow Running para aumentar su volumen de entrenamiento y mejorar su resistencia.
El Slow Running puede ser una excelente opción para aquellos que se están recuperando de una lesión, ya que reduce el impacto en las articulaciones.
El Slow Running es una herramienta poderosa para mejorar tu rendimiento y disfrutar más de tus carreras. Al priorizar la duración sobre la velocidad, podrás construir una base sólida y reducir el riesgo de lesiones. ¡Anímate a incorporar el Slow Running a tu rutina y descubre todos sus beneficios!
08/01/2025
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