Por Camila Perez
Dicen que del odio al amor solo hay un paso, y esto queda claro al recordar a Manuel Ojeda, uno de los actores más atractivos de la televisión y cine mexicano. Figura que se distinguió en el mundo del espectáculo por su increíble actuación como villano, y es que su talento ante las cámaras le hizo merecedor del odio colectivo entre los espectadores.
Sin embargo, el villano de telenovelas tenía un mejor talento que la actuación, y ese era el de saber mantener su vida privada en secreto, rara vez se dejó caer en escándalos o conflictos con otros artistas. Incluso se dice que, durante el momento de su muerte, falleció en paz, rodeado de sus seres queridos y lejos de los medios. Aunque surgen rumores que probablemente una de las causas de su fallecimiento fue la depresión por no poder trabajar.
Así quien fuera uno de los mejores villanos de la televisión mexicana se llevaría consigo no solo sus secretos y talento, sino también el corazón de los televidentes, quienes disfrutaron sus actuaciones en pantalla, pero poco lograron saber de su vida privada. Esta preferencia por mantener su vida personal en secreto es compartida por el actor Fernando Colunga, de quien se especula mucho, pero se le comprueba poco.
Fernando Colunga no viene de una familia de actores, por el contrario, estaba estudiando ingeniería cuando la curiosidad le hizo trabajar como doble de escenas de acción, es ahí cuando confirma su pasión por el séptimo arte y decide convertirse en actor. Por ello es fácil suponer que al entrar al mundo del espectáculo, fue abrumador para él ese cambio, decidiendo entonces al igual que Ojeda, mantener lo separado lo público de lo privado.
08/01/2025
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